Ayer se celebró un año más del día del Periodista. Obviamente, vuelan los mensajes, las fotos, la nostalgia, buenos y malos recuerdos. Particularmente yo, en mi corta experiencia, puedo decir que guardo muy buenos recuerdos de los cinco años que estuve en el mejor canal de Venezuela: RCTV.

Ayer pensaba en el tiempo que llevo alejado de mi profesión, pero reflexionando un poco, un periodista nunca se aleja de ella a pesar de que no esté ejerciendo. Es mi caso, fuera de los medios desde hace 3 años -por ahora solo me une una revista en la cual soy colaborador-, y sin embargo siempre estoy escribiendo, analizando, polemizando, leyendo. Es una de las ventajas de esta carrera, pero no por eso hay que decir que es la mejor del mundo, como siempre veo que escriben por ahí.

En RCTV pasé cinco grandiosos años. Hice pocos pero valiosos amigos y me casé con la que me enseñó a manejar las principales herramientas de la redacción cuando pasé del departamento de Variedades a Prensa. No puedo negar que me fui peleado con algunos, o con muchos, no sé, pero es lo de menos. Más allá de eso, lo aprendido no se olvida.

Uno siempre acostumbra a decir que tal o cual trabajo le enseñó mucho, que uno le debe mucho a algún empleo. Yo no puedo negar que fue así con RCTV, pero tampoco puedo olvidarme de lo mucho que yo le dí, de lo disponible que siempre estuve cuando me necesitaban, de las diez o doce horas que pasaba trabajando, algunas veces con placer, otras no tanto. Fue recíproco, y es así como se construyen las mejores relaciones de trabajo.

No sé cuando volveré al periodismo tiempo completo, o medio tiempo al menos. Pronto no será, pero sí creo que ese día llegará. Y cuando llegue, recordaré mucho a esa que fue mi casa por cinco años.