No me gusta la playa. Sin embargo, este fin de semana pasé dos días en Tucacas para visitar los agradables cayos de Morrocoy. Sin duda, son increíbles esas playas: algunas más turquesas que otras, pero la mayoría parecen piscinas y no playas. Buen regalo de la naturaleza a Venezuela, que no por eso es el mejor país del mundo, ni esas son las mejores playas del planeta. Bueno, ese es otro tema y no me voy a desviar en este momento.Una salida de esas, dependiendo de cómo te organices, implica un cuantioso gasto. Si vas en tu carro, como fue mi caso, con 8 bolívares en gasolina vas y regresas si vives en Maracay o Caracas. Es decir, ni un dólar al cambio paralelo. Todas las cuentas las voy a sacar así, pues a un turista es lo que le costaría.
Todo el que agarra esa vía se detiene a comerse unas empanadas en El Palito; yo prefiero las arepas dulces. Las primeras valen 180 cada una y las segundas 150. Calcula que vas en pareja y se comen 4 empanaditas y algo de tomar: serían 1200 bolívares (1,5 dólares). Mi esposa, mi hija y yo nos sentamos y comimos tranquilos. De pronto la muchacha que nos atiende le grita a la vecina: «tráeme agua, pero que no sea de río». A los pocos minutos la vecina apareció con un envase de plástico y le dio el agua. «Esta agua como que es de río». Y la vecina se marchó riéndose a su puesto de trabajo. Le pregunto por el agua y me dice que no hay desde hace días en la zona, que han trancado la vía varias veces y nada. Que no le llegan cisternas al sector porque ganó la oposición y que no les queda otra que tomar agua del río. Le pago, me desea feliz día y luego de un suspiro la escucho decir: «ya como que se está quedando sola la vía». Quizás toque cerrarla otra vez, pienso.
Ya en Tucacas, me quitan 320 bs por un Gatorade (0,25 verdes) y 350 por una mínima bolsa de hielo (vamos a ponerle 0,25 verdes también). Listos. Rumbo al muelle ahora para tomar un peñero a alguno de los cayos. Los precios van desde 2 mil hasta 10 mil. El primer día nos cobraron 4 mil, el segundo 7 mil. Según ellos, todo depende la distancia, de la cantidad de gente que vaya, y así. No te hacen descuento por cada coñazo que te das en el culo cuando brinca ese pedazo de madera, ni tampoco por las veces que sientes que el peñero se va a voltear, que es, prácticamente, durante todo el trayecto. Bien, en dólares serían, el primer viaje, 4, 70; el segundo, 8,20.
Llegas a la playa y toca buscar la sombrita. Y bueno, la sombrita te puede valer 2 mil con dos sillas (2,3 dólares). Apenas te estás acomodando, llega el pana con pescado en mano. «Hermanito, esto es por reservación, usted me dice la hora y le traemos su pescadito». Almorzar con vista al mar cuesta desde 1500 hasta 10 mil, es decir, entre 1,70 y 12 lechugas. Uno de los días me acerqué hasta el quiosco y hablé con uno de los dueños. Cuando llegué atendía a una joven. Él le preguntaba que dónde estaba ubicada; ella dijo que por los baños. «Ok, señorita, no se preocupe, ese es mi trabajo, yo se lo llevo hasta donde esté usted». Ella le dio las gracias y se volteó. Al voltearse, él simuló tener una cámara fotográfica en sus manos y apunto al trasero de la joven: «a ver, una fotografía para no confundir el pedido». Y los dos nos reímos; la joven volteó a ver al hombre y tuvo que reírse también. «Llegaste de bromita, hermanito. Estoy sacando los últimos pedidos». Le pregunté si sabía cuánto pescados había vendido: «Hoy unos 230. Mañana sábado es mejor». De ser así e imaginándonos que vendió solo los de 2 mil, serían unos 460 mil bolívares en aproximadamente siete horas. Unos 540 dólares.
Y si el pescadito no te dejó satisfecho, tienes a los amigos que no se cansan de caminar por toda la playa con su gran cava llena de cebiche, camarones, vuelve a la vida, salpicón y todas esas cosas. Una bandeja pequeña 3 mil y la grande 3 mil 500. Entre 3 y 4 dólares. A las 3 de la tarde ya habían vendido todo. Me dijeron que en un día -o en unas horas mejor dicho-, hacen poco más de 100 mil bolívares (118 dólares).
Les dejo aquí un aproximado de los gastos para que no lean nuevamente este post: dos días serían unos 25 mil bolívares para dos adultos y un niño (30 verdes. ¡Qué mantequilla para el que viene con dólares!). OJO: no metí ni desayunos ni cenas; y si te toca pagar hospedaje, sería mucho más.
Si te gusta la playa y tienes tiempo sin ir, ya sabes cómo es la cosa; si no te gusta, mejor quédate en casa y actívate con los películas nominadas al Oscar (unas 10 películas te pueden costar 3 mil bolívares, o lo que es lo mismo, 3, 5 de aquellos). Ahora, si de todas todas te toca lanzarte a la playa, vende 30 dólares y vas cómodo. ¡Suerte!
La depresión viene cuando sacas cuentas de cuanto es el salario mínimo o el salario promedio de un profesional, si hablamos del salario de un periodista creo que nada más llegas a comer las empanadas y te devuelves a casa. Muy triste pensar que todo lo que puedes ganar en un mes de trabajo no te alcanza para cubrir un sencillo fin de semana en la playa.
Prácticamente, hay que ahorrar mínimo seis meses para poder ir a la playa. Muy triste, Betty. Algo tan normal, tan básico, como ir uno o dos días a la playa.